Para algunos docentes iniciar labores de enseñanza es cosa normal, ya que han desarrollado prácticas pedagógicas en su formación de pregrado, para otros como yo, no fue tan fácil, pues en ningún momento me hablaron de enseñar, de pedagogía y mucho menos de manejo de adolescentes, este es el asunto que como profesional no lincenciado experimente.
La primiparada
Era el inicio del mes de Junio del año 2005, y como todo recien egresado estaba buscando trabajo. Después de enviar varias hojas de vida, después de tener varias entrevistas de trabajo, después de escuchar que era muy jóven y que necesitaban era un profesional con experiencia me había hecho a la idea de estudiar un poco más, y trabajar así fuera de técnico, no digo que sea mala esta profesión, pero en mi caso siendo Ingeniero, no era un panorama muy alentador.
Tuve la dicha que me llamaron del colegio dónde había cursado mis dos últimos años de bachillerato, no sabia con exactitud a qué. Me presente con mi hoja de vida, y me explicaron que era para suplir la vacante que había dejado otra persona para orientar las áreas de "Tecnología", "Informática" y "Educación Artística". En ese momento no supe en lo que me había metido.
Como empezaba el mes de junio, los muchachos estaban esperando las vaciones de mitad de año.
Al llegar al colegio en jornada escolar, los estudiantes pensaron que había llegado un estudiante más para grado 11º, pues en grado 11º había un amigo mio que tenía mi misma edad, ellos no sabían tampoco que les esperaba.
Al llegar al colegio en jornada escolar, los estudiantes pensaron que había llegado un estudiante más para grado 11º, pues en grado 11º había un amigo mio que tenía mi misma edad, ellos no sabían tampoco que les esperaba.
Aproveche esas vacaciones de mitad de año para ponerme al tanto de como era la metodología del colegio, de tratar de preparar clase, pero no resulto como esperaba. Casí un mes me demore para hacer un solo taller de tecnología para grado 7º, ese taller trataba acerca de los sistemas mecánicos y el tema con el cual quería cautivar a los estudiantes era la "Bicicleta". No tenía muy claro con que continuar en este grado y mucho menos que lo que iba a dar en los demás.
El primer día de clase
El primer día fue sencillo, era una hora con cada grupo desde 6º a 11º, me presente, les conté quien era, que profesión tenía, y algunos quedaron como sorprendidos al ver a alguien tan joven dandóles clase, (no es que fuese muy joven, pero todavía tenía una cara de culigado que no podía con ella), como el lunes se daba Educación Artística los puse a elaborar un dibujo libre.
Primer error:
Ese día cometí varios errores que siempre tengo en cuenta para no volver a caer en ellos, uno de ellos fue sentarme delante de ellos a jugar con el celular, estaba tan nervioso que mientras los puse a elaborar el dibujo, en vez, de pararme y estar pendiente de lo que hacían, de animarlos, saque el celular y me puse a jugar culebrita. Me acuerdo que un estudiante de grado 11º me dibujo con el celular en la mano, que pena.
Bueno al terminar ese día, pensé que esto de la docencia sería sencillo, pero no sabía lo que me esperaba al otro día.
Con Diego era mejor:
Inicie mi segundo día con grado 9º, me fue bien, el taller que llevaba resulto de agrado para los muchachos, las instrucciones fueron claras, y las actividades fueron suficientes para las dos horas de clase, pero, aquí viene el pero, al llegar a grado 7º, iba super contento porque llevaba el super taller, "la bicicleta", se supone que ibamos a coger una bicicleta de ejemplo para desarmar, pues como era un colegio en una vereda muchos niños iban en bicicleta (pues eso sólo era en mi epoca), pero no tuve en cuenta la herramienta para desarmarla, y lo peor ese día nadie llevo bicicleta al colegio, les pase el taller, lo resolvieron en media hora, sólo en media hora, un taller que me demore haciendo un mes entero, después de eso fue el caos, como no sabía que hacer, no habían actividades para desarrollar, se armó el desorden, dos chicos Julian y Victor comenzaron a molestar con el cuento que con Diego era mejor (Diego era el anterior docente), y de allí los siguieron los demás casí por todo el resto de año, la disciplina se me salio de las manos, no sabía como imponer autoridad, no sabia que hacer.
Pensé que la solución sería llevarlos a sala de sistemas, a que hicieran cualquier cosa en los computadores, pero como no tuve el tiempo en vacaciones para hacerle mantenimiento a esta sala, cuando los lleve ahí, resultó que nada funcionaba, ¿y ahora que hago? de vuelta al salón, se genero más desorden con ese ir y venir. Mas recocha, más indisciplina, como pude les puse una actividad improvisada. Y las miradas de mis compañeros y los otros estudiantes como diciendo "que pesar", y la voz de la coordinadora imponiendo el orden que yo no fuí capaz.
Al fin se termino la jornada escolar, me sentí tan mal que creo que me faltaba poco para llorar, me sentía derrotado e irrespetado, desilusionado de no ser capaz de guiar, de no ser capaz de imponer autoridad.
Y ahora que sigue
Al llegar a la casa, pensé que lo mejor era renunciar, que yo para eso no servía, que analizándolo bien, la profesión docente era muy ingrata, que los profesores eran unos duros, pero una de mis mejores consejaras, mi madre, me dijo que esperara, que probará al menos este resto de año como me iba. Yo le hice caso, pero no fue tan fácil.
¿Qué hago?
Después de clase con grado 7º, quede un poco herido y con el pensamiento que con los demás grados sería igual, grave error, ya me estaba dando por vencido sin iniciar la batalla, allí es donde aparece mi coordinadora y mi rector, "Quien no conoce su pasado está condenado a repetirlo" fue la frase que me habían repetido una y otra vez cuando era estudiante y que ahora de docente me la volvían a decir.
Uno de los interrogantes planteados por mi coordinadora era: ¿si tiene la clase preparada? ¿si ha escrito lo que va hacer en clase? mi rector me decía: "imagínese el día anterior, antes de entrar al salon a sus estudiantes, en cada una de sus sillas, trabajando, participando de la clase, ordenados, disciplinados" y recordandome la misión del colegio "ser transformador".
Mi coordinadora "Luz Marle" me repetía, no deje que se le metan al estomago, pues veía como me desestabilizaba la indisciplina de los muchachos, y lo otro que decía, era que conociera más a los muchachos, esto si que se me hizo raro, pero en una nueva entrada les contaré sobre esto.
Bueno, no comprendí esto desde un principio pero me dí a la tarea de escribir que iba a hacer en cada clase, de ahí en adelante tome un cuaderno para cada area que dictaba, como si fuese el estudiante, anotando el orden de la clase, es decir, escribiendo el paso a paso de lo que iba a realizar, también me propuse que prefiero que sobren las actividades pero que no falten, pues uno de los puntos que observe que han mejorado la disciplina sin ser un tirano, es tener a los estudiantes ocupados, y lo otro es imaginarme a mis estudiantes trabajando en las actividades que les voy a proponer, así de una vez, caigo en la cuenta de que materiales me hacen falta para desarrollar mis clases.
Quien lo creyera a mi me esta pasando lo mismo en los laboratorios de adquisición de datos... se me metieron al estomago...
ResponderEliminarAl inicio es un poco complicado, pero la paciencia todo lo alcanza, lo importante, es llegar preparado a clase, los que a penas comenzamos nos toca ser más juiciosos con esto, con el tiempo se dará cuenta que no tendrá que matarse preparando clase, porque el esfuerzo hecho al principio crearan las bases sólidas para seguir mejorando. Ya llevo 8 años en esta labor, y todos los días aprendo algo nuevo, por ejemplo ahora, estoy engomado con www.edmodo.com, y tratando de aprender Arduino, sé que en la universidad es diferente y sobre todo porque es educación superior, pero siempre lo que nos ayudará a salir a flote es el amor que le pongamos a lo que hacemos. Somos ingenieros, no docentes, pero donde nos pongan nos las ingeniamos para hacer más y mejor.
ResponderEliminarJejeje q bien profe, Al leer tus inicios me veo en algunas cosas reflejado. Como dices, es muy ingrata pero vale la pena.
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